Una esclava se comportará con el máximo respeto en una situación formal, y con el mismo respeto en cualquier otra situación que lo requiera, (por ejemplo, el tiempo reservado en la Casa puede no requerir un protocolo tan estricto como un encuentro formal).
Este énfasis en su comportamiento no significa que una esclava no pueda ni admita bromas, con el semblante apagado, ni se una a una burla o broma verbal.
Muchas esclavas hacen de hecho estas cosas. Pero lo hacen sin embargo, con una gran atención a la reacción del Dominante y tienen cuidado de no hacer daño o ser excesivamente sarcástica.
A menos que por supuesto el Dominante no tenga gusto de esta clase de comportamiento, para lo que entonces una esclava hará lo mejor para acortarlo, (que pueden ser absolutamente difíciles, y en mi opinión malsana, para alguien que tiene un sentido del humor muy juguetón como parte inherente de su personalidad).
Así que no tomen esto para decir que las esclavas no son juguetonas, no tienen ningún sentido del humor o algo similar porque no es verdad.
Las esclavas tienen la misma capacidad y personalidad que lo tiene cada uno Las esclavas tienen el mismo arsenal de personalidad que lo tiene cada uno, y gozan de ellas tanto como lo hace cualquier persona.
Las esclavas tratan de estar mucho más enteradas de los límites y actividades de los Dominantes que algunas sumisas. Tampoco utilizan sus sentidos del humor juguetones (si tienen uno) para provocar a su Dominante a jugar con ellos, a menos que los gustos dominantes acepte su papel en esta clase de escena del juego.
Adaptan básicamente sus comportamientos en relación a lo que prefiere y le es más cómodo al Dominante.
Las expectativas de la esclava sobre el Dominante Las expectativas de una esclava sobre el Dominante y de su relación son a menudo muy diferentes de las de una sumisa.
Una esclava no espera tener sus deseos resueltos más allá de sus necesidades de soporte de la vida básica.
Cuando su Dominante hace algo para ellas, ella lo ve como regalo, no una necesidad. Las esclavas tienden a ver como un lujo y no como una necesidad las cosas que muchas sumisas esperan en una relación.
Esto no significa que una esclava aceptará ser abusada o a ser tratada como un ser sin valor por períodos prolongados de tiempo, sino que no cuenta con todos las atavíos que otras esperan de sus relaciones (tales como un dormitorio completo, hablar siempre lo que la esclava desee hablar, dormir en una cama, etc.) .
Las esclavas esperan que su relación sea difícil ocasionalmente y su sumisión no sea fácil todo el tiempo. Esperan ser requeridas o ser ordenadas a hacer cosas de las que no pueden gozar necesariamente porque el objetivo no está en su disfrute o placer, pero si en el de su Dominante.
Esperan ser tratadas como esclava y no ser cuidadas en exceso o halagadas. Esperan ser empujadas a sus límites actuales y tienen esos límites dispuestos para ampliarse.
Esperan resolver siempre las necesidades de su Dominante y no hacer que su Dominante acepte cualquier manipulación o desobediencia. Esperan ser utilizadas totalmente en sus capacidades actuales y se igualan entrenando (o enseñando con el que enseña), para ensanchar sus capacidades de satisfacer las necesidades de su Dominante.
No esperan ser consultadas sobre cada decisión No esperan ser consultadas sobre cada decisión o que se le pida su opinión todo el tiempo, o cosas similares.
Esto no significa que esperen que no se les haga caso o se tratadas como si no importen, apenas no cuentan con esto como parte normal de la relación, aunque la mayoría de sus opiniones y de sus pensamientos, las sensaciones y cosas así son exigidas por su Dominante y la voluntad dominante lo toma a menudo en consideración mientras que toma decisiones.
También una esclava se somete de modo diferente al de una sumisa Las esclavas no fijarán ningún límite en las actividades de su Dominante.
Una voluntad sumisa tiene a menudo los límites duros que su Dominante no puede cruzar en absoluto, y límites suaves que se puedan empujar con la negociación anterior. Una esclava no tiene ni unos ni otros.
No dirán que el Dominante no puede hacer cierto tipo de juego o utilizar un instrumento específico. Pueden decir al Dominante que ella no tiene gusto de ciertas actividades o de los instrumentos al principio de la relación (preferiblemente antes de un collar) pero no prohíben al Dominante usar/hacer esas cosas.
Esperan ser requeridas para hacer cosas que pueden no ser de su gusto particular y lo consideran como parte de la sumisión porque a ellas, la sumisión no está para satisfacer a la esclava, sino para satisfacer al Dominante.
La mayoría de las esclavas dirán que debido a esto es imprescindible que la esclava eligió someterse a un Dominante cuyos gustos/no gustos está próximos a los suyos propios y así no les preguntarán u ordenarán para hacer algo a lo que se oponen totalmente.
Pero igualmente, la esclava contará con que estos límites pueden cambiar en un cierto plazo y aceptarlo si ocurre. Una esclava no cree que puedan apenas salir de la relación.
Algunas creen que una vez que tengan el collar lo es para toda la vida y no solicitan la libertad incluso si sienten que sus vidas están en peligro o están siendo mentalmente o emocionalmente dañadas.
Sin embargo, muchas relaciones con las esclavas tienen pautas para dar lugar a la liberación de la esclava si ese es el deseo real de la esclava.
Algunas esclavas creen que no se puede abusar de una esclava Posiblemente puesto que el Dominante no tiene ningún límite en lo que él puede hacer a ella, y si el Dominante elige actuar de una manera abusiva entonces que sea su opción.
Ésta sin embargo no parece ser la creencia de la mayoría, pero también existe. Muchas de estas diferencias se trasladan, y son aplicables a las sumisas también.
Sin embargo, en su totalidad existen para la mayoría de las esclavas con los cuales he mantenido contacto.
Una esclava no es mejor que una sumisa En mi opinión, simplemente diferente. Algunas de estas características pueden existir en una sumisa, o aún todas.
El factor de diferenciación entre las dos parece estar en el área de los límites dentro de la sumisión. Una esclava no fija ninguno, una sumisa si.
Qué palabra se utiliza para describir a cada una sigue siendo una cuestión de opción personal, y mi intento con esto no es decir otra cosa.
En lugar de esto, mi intento es ayudar a otros para entender a las esclavas un poquito mejor y para no mirarlas como robots o necios felpudos, porque esos dos términos apenas no caben en la mayoría extensa de esclavas del Estilo de Vida.
Es una opción sana dentro de éste Estilo de Vida Si el ser o no ser una esclava es una opción sana del Estilo de Vida es una cuestión de preferencia personal.
Creo que puede ser una opción muy sana, en otras no conviene. Como cualquier relación donde el equilibrio de la energía reclina en la cesión de la persona al otro, el abuso puede ocurrir.
Sin embargo no veo ninguna razón de decir que es más extensa entre esclavas que sobre sumisas, o en todo el BDSM
jueves, 27 de noviembre de 2008
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